Pequeñas agujas que son mi desesperación. Nunca se detienen. Siguen dando vueltas sin parar.
Números traicioneros que me controlan y descontrolan.
Pendiente de ti esta el sol y la luna. Estos tienen una hora de salida y otra de recogida.
Cuando era un niño, el tiempo pasaba para los demás, para los adultos. Parecía que nunca les alcanzaba, este siempre resultaba escaso.
Creo que a partir de una edad te das cuenta que la muerte te corre por detrás y tienes miedo de no llegar a la meta. ¿Qué meta?
El gran problema es que tenemos un tiempo para vivir y otro para morir y este último da mucho miedo, es algo generalizado y que me atormenta.
¡Como frenarte!
Como hacer para detener tus agujas y el tic tac que resuenan en mi mente.
Estando emitiendo el último aliento, en ese mismo momento, me doy cuenta que no saque tiempo para amar. Tiempo para amarme.
Estando aquí, en este lugar donde se va después de la vida, el tiempo no existe.
De todos modos, me estoy preparando para cuando regrese. Estaré atento para darme cuenta a tiempo, que no me controle el tiempo.
Andrés Gugliucci Sena
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