Sentimientos que se van y él se queda esperando que le falle
el corazón que lo aleja de su lado.
Mucho tiempo paso
estando a junto a ella más de
sesenta años que han sido un regalo.
Ya no sale a por el pan ni pasea en el mercado su cama se
convirtió en una sala de espera improvisada.
Los días se hacen eternos y por las noches es cuando la ve
en sus sueños, ese es el único consuelo que le queda.
La impaciencia lo
atormenta y la ansiedad se apodera sin
darse cuenta.
Fueron más de sesenta años viviendo el uno para el otro, era
perfecto, pero él se tenía que haber ido primero.
La vida le arrancó lo que más quería, esa misma que le dio
tantas alegrías.
Una noche decidió que no aguantaba más, tomo unas pastillas y
se fue en busca de su amada.
"Espero que no me guarden rencor, ustedes saben bien que mi
vida sin ella no es vida.
Los quiero y siempre estaremos con ustedes.
Papa."
Andrés Gugliucci Sena.